Concurso Blogger de la Feria - Segunda Etapa - Y se me fueron las palabras

 Y se me fueron las palabras

La naturaleza me dió el don de la palabra y, a mí libre criterio, forma a la vida le fui dando.
Mientras crecía me di cuenta que cada palabra me forjaba, me marcaba e, inevitablemente, a mí y a otros amedrentaba.
Hace muchísimo una sabia mujer me dijo: "el poder de la palabra es aquel que le das cuando la estás pronunciando". Y yo atención no le aportaba, simplemente las pronunciaba y las entregaba, y con cada una de ellas una parte de mí se iba y en los pensamientos de otra se encastraba.
Debo decir que, tal vez, en algún momento, de golpe, fui consciente de que esas palabras tenían direcciones, la intencionalidad estaba extrañamente encarnada en mis expresiones a diario, pero ahí se fueron y allí quedaron, hoy tal vez son un silencio, casi enigmático, o la prosa de las letras de la vida cotidiana de alguien cercano, una marca en el corazón o en el alma, o tal vez incluso son aquella enseñanza de por qué dar la mano es tan complejo como necesario.
Hoy, las palabras son lo que tengo. Cuando hablo muestro, no solamente digo sino que a través de ellas siento. La neblina de mis ojos no me deja verlas, ni mis oídos estorbados por el ruido del entorno me permiten apreciarlo, pero mí corazón me dice constantemente que  son fieles a él y allí las mantengo con la fidelidad del que me forja y me enseña, y de quién es forjado por el efecto de ellas, sin reparo.

Nuevamente me siento y pienso, en un instante de ansiosas revoluciones, si lograré en algún momento acaparar todo el significado, y así recopilar el sentido completo que mis palabras fueron dando, a mí existencia, y a la de quienes de acercaron, y sinceramente la incertidumbre es un loable encanto desesperado.
Ya no se que hacer, no puedo resignarme ni puedo postergarlo. Pero tampoco puedo dejar que mis momentos de filosofía de húmedo sábado contaminen lo propio de mis absurdos atributos tan esmeradamente ganados.
No soy un poeta, pero si soy poemario y las letras, las palabras y esos versos que hoy encarno, son entregas de la pluma misma que mis lineas marcaron, solo me queda vivirlas, vivirme, y en ellas seguir expresando cada paso del camino, cada paso que voy dando.
Mis palabras vivirán en otras memorias, o tal vez así me irán olvidando y en el pozo del olvido mis verbos irán quedando. Pero que más, que más da, si ahora es cuando valgo. En este momento mis palabras son leídas, ni el futuro ni el pasado permitirán que alguien las borre mientras tus ojos sigan leyendo, tu corazón sintiendo y tu cerebro procesando, las palabras que hoy te dedico lector que me has enseñado, que sin un remitente mis palabras serán solo pasado, y si bien no me preocupa lo eterno, solo quiero decirte, que mí tiempo ha llegado, de que me lean, de ser escuchado.
Tal vez solo quede un criterio perdido, entre las líneas que hoy te regalo, solo te digo que el tiempo es el infortunio más claro, y no hay mejor manera de expresarlo que decir que el presente es presente, no es futuro ni pasado, y en este mismo momento, mis palabras te obsequio y, aunque tal vez en breve no las recuerdes yo he recibido tu regalo, tu presente, mí presente... ya es pasado.

El pasado inevitablemente nos construye, con cada factor que constituye al entorno mismo, y el futuro es la esperanza de un presente inconcluso, pero tal vez solo nos quede vivir el ahora y sin reparos ya que, palabras más palabras menos, del tiempo seres somos y al tiempo no manejamos…

Gracias a todos por leer.

Saludos.

Alvaro.-